martes, 25 de octubre de 2016

Instituciones

Supongo que es la música que me pone así, a veces sin ganas de mucho y otra con ganas de todo.
Suena una canción, recuerdo y sonrío en silencio.
Espero paciente los intervalos de tiempo para estar sola y perderme, ir corriendo lejos.
Tengo ganas de reírme, salir a caminar en la madrugada, cantar en voz alta, ignorar lo que pasa pero percibir todo con matices infinitos.
A veces, tengo ganas de encerrarme, desarmarme y pensar en todo lo que me pierdo por ser como soy.
Otras simplemente me enojo demasiado.
Y ahora, no sé en qué estado estoy.

domingo, 16 de octubre de 2016

No title

No sé ni entiendo hasta que punto sea bueno que la gente tenga poder. Los seres humanos deben quedarse insignificantes como lo que son. La normalidad con la que las personas asumen la sumisión me enferma, me enferma tanto que el sólo hecho de imaginarlo o presenciarlo me genera arcadas, repulsión. No hablo de la sumisión en todas sus formas, hablo de la sumisión no consentida, la sumisión porque se cree que el trato es natural y cotidiano. Es injusto pensar que el maltrato es necesario, es productivo y sirve para dar lecciones, para aprender. Pésimo o tanto peor, creer que vale la pena soportar y asentir: es parte del aprendizaje, tendrá recompensa. ¿De qué recompensa hablan? Me angustia saber que las personas te arrojan a lo mismo, porque yo pase por a, b, c, tú tienes que pasar por lo mismo, no entiendo la lógica, no me parece razonable. Creo que es lamentable repetir y entrar a ser parte de un círculo de infelicidad constante simplemente porque a mí me tocó, porque tiene que ser "igual" para todos, porque por más que en teoría no sea así, en la práctica lo es y te aguantas porque sí. Me pregunto, entonces, ¿cómo le dan poder a personas así? personas acomplejadas y resentidas que sólo buscan transmitir lo que sintieron de la peor forma, que buscan hacerte igual de acomplejado e insignificante que ellos. De pronto, has dejado de ser un mero espectador, contra tu voluntad asientes y callas,  la frustración llega niveles inimaginables, tratas de hablar pero ya no sabes que decir porque aunque te asfixies estás obligado a ser uno más.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Insignificante

Se mantenía callada por segundos, minutos, horas y esperaba a que el vómito verbal de la gente apareciera. La gestualidad, siempre presente, terminaba por delatar cualquier esbozo de asco y desapruebo. Miraba más perdida y vacía que de costumbre, se mira por inercia y se respira para no morir. No le importaba una palabra, solo asentía para que todo termine más rápido, si no se dormía de pie era por los litros de café ingeridos en la mañana, que más que despertarla le causaban acidez estomacal, es parte de ser grandes, se engaña. Unas ganas terribles por preguntar cuánto más tendrá que escuchar, sin escuchar, cuánto más tenía que esperar. Por fin, todo termina y procede a pagar. ¿No aceptan tarjeta? Ah, gracias. 

sábado, 23 de julio de 2016

Piezas-

Era como si reencontrarse una y otra vez representara la esencia de aquello que me unía a mí misma. Cuando intentaba seguir, decidía tomar caminos alternos, a veces ni siquiera eran caminos porque no representaban nada materialmente tangible. Con el tiempo supe diferenciar aquello que suponía una oportunidad de lo que simplemente sería un volátil intento de futuro, nunca salía bien. Pienso que todo era un conjunto de decisiones tomadas por alguien que no era yo, alguien que había desentrañado lo poco o mucho que quedaba del pasado para hacerme ver que no podía escapar jamás. No sé en qué momento me suplantó, igual nadie se dio cuenta y las actividades se hacía con la regularidad de siempre. Tal vez decidí hacerle frente muy tarde, había arruinado gran parte de mi vida, o de lo que representaba vida para mí hasta ahora. De modo que ahora voy divagando por los espacios que dejó en desorden, tratando de unir piezas, al final de esto se trata todo. 

sábado, 25 de junio de 2016

Yo me escondía en tus palabras, dormía en ellas y, cuando salían, me despertaban siempre cálida.

sábado, 18 de junio de 2016

Eres muy bueno para ir al cielo

El punto es

¿Bueno en qué?

martes, 14 de junio de 2016

La chica que esperaba era infinita

Curitas verdes con caritas felices.
¿Te cortaste?
No, tranquila, es solo una curita de adorno.
Ah, ten más cuidado.
No, no pasa nada.
¿Para qué te la pones entonces?
Para que me preguntes si estoy bien.
¿Y lo estás?
Ahora sí.

domingo, 12 de junio de 2016

Alguien va

Hablaba conmigo misma para que el eco mental se apodere del resto de cordura que aún habitaba en mí. Nada estaba bien pero eso jamás representó un problema para mí. Tal vez en los momentos de extrema lucidez aparecía la respuesta a mis absurdos dilemas pero rápidamente pasaba algo confuso y volvía a desarmarme. Necesito más tiempo a solas aunque me aterre despertar un día hecha un lío por tantas ideas que aparecen a borbotones. En otras palabras, no te necesito, ya sé que me siento como Laura, pero no voy ni vengo, ni tengo valija gris, no sé si sea el final de una vida de penas y nadie me cubrirá de besos, mucho menos el sol pero no importa, no tienes que aparecer donde no te llaman, por acá todo bien.

domingo, 29 de mayo de 2016

Vacío II

Dormí mucho tiempo y amanecí vacía.

Tal vez vacía siempre estuve, como esas tazas que ya están rajadas y nadie vierte nada por temor a que se bote, tampoco la botan porque es linda y está cargada de recuerdos.

Recuerdos que aprisionan mentes, que someten y agobian hasta doler.

Suspiros profundos, palpitación constante, parpadeo.

Manos frías, viento fortísimo, ojos que lagrimean y no sienten tristeza, sólo es viento.

Madrugada pasajera, acercamiento efímero, suspiro una vez más.

Y entonces, silencio.

lunes, 2 de mayo de 2016

Lunes otra vez

Los lunes la renovaban.
Cada mañana, era un reencontrarse constante.
Más que reencontrarse, encontrarse.
Oliendo el calor del té.
Corriendo de un lado a otro.
Sintiendo gotas de agua fría.
Espejo.
Celulares de adorno.
¿Desayunaste?
Calor del té.
Algo olvido.
Escaleras.
Subir, bajar, bajar.
¿Ya te vas?
Sí, chao.


lunes, 11 de abril de 2016

Privacidad

Me sentí obligada una vez más. No recuerdo en que momento dejé de creer en aquel cariño, no sé cómo mis manos rasgaron lo que quedaba. Todavía poseo esporádicos pasajes de conversaciones absurdas, rutinarias, mi interés era poco o nada, ella no tenía que saberlo. Asumía poderes impensables y sentía que podía gobernarme, cuantas veces traté de explicarle que no era posible, ya era muy tarde. Ella no creía en nadie, ni en ella misma, se escondía en aquel mundo imaginario donde podía ser aceptada y amada por todos. Ya era tarde para mi, yo sería la excepción y, de nuevo, ella no tenía que saberlo.

lunes, 28 de marzo de 2016

Vacío

Incluso en el vacío, sus palabras se asomaban. Susurraban.

domingo, 27 de marzo de 2016

No quiero interrumpir-

Sucedió. Entonces fui feliz por un momento, trataba de no darle vueltas a nada, deseaba no pensar más, sonreía a escondidas y recorría recuerdos con la yema de los dedos, todo tan real. Nadie sabía, nadie tenía que saberlo, era mi secreto y tenía que protegerlo. Entonces, una serie de contradicciones me abordaron, así, sin previo aviso y no supe como controlarlo, no supe como proteger aquello que me prometí proteger, me odié, me desaparecí, lo arruiné una vez más. Sabía que nada de esto era importante, era igual de intrascendente que los desayunos rutinarios, sin embargo, fue más que eso, fue un reinventarse constante, aprendizaje continuo, un grito de ayuda invisible. Un gracias jamás fue suficiente pero gracias y lo siento, una vez más.

jueves, 4 de febrero de 2016

Contra

Decidí no pensar más. Realmente sabía que esa era la respuesta, aunque en el fondo  me gustaba que todo sea espontáneo, llegaban momentos en los que necesitaba saber lo que venía y lo esperaba con tantas ansias. No quería tener todo controlado pero ahora solo podía pensar en calma y silencio profundo. Sin embargo, en los silencios se asoman gritos inevitables de voces que quise olvidar, ya es muy tarde, te dicen. No les hago caso, siempre regresan.