domingo, 27 de marzo de 2016

No quiero interrumpir-

Sucedió. Entonces fui feliz por un momento, trataba de no darle vueltas a nada, deseaba no pensar más, sonreía a escondidas y recorría recuerdos con la yema de los dedos, todo tan real. Nadie sabía, nadie tenía que saberlo, era mi secreto y tenía que protegerlo. Entonces, una serie de contradicciones me abordaron, así, sin previo aviso y no supe como controlarlo, no supe como proteger aquello que me prometí proteger, me odié, me desaparecí, lo arruiné una vez más. Sabía que nada de esto era importante, era igual de intrascendente que los desayunos rutinarios, sin embargo, fue más que eso, fue un reinventarse constante, aprendizaje continuo, un grito de ayuda invisible. Un gracias jamás fue suficiente pero gracias y lo siento, una vez más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario