miércoles, 17 de octubre de 2018

Reproducciones sistemáticas

Hace algunos días que me voy hartando a mí misma. Me harto de mis debilidades, que lejos de permitirme establecer algún horizonte, me nublan, me borran, he dejado de ver con claridad y, no se debe solo lo mal tratada que está mi miopía y astigmatismo. Me harto de mis inseguridades, que limitan mis posibilidades, no me permiten disfrutar de la gente que quiero y mucho menos de mí misma. Me harto de mis engaños, todos los cuentos contados por mí para despertar cada día sin ser realmente consciente de lo que pasa, sin sentirme culpable. Me harto de mi ansiedad, que solo alimenta mis creencias sobre la crisis posmodernista que nos ataca a todos, que solo es una muestra más de lo poco capaces que somos para afrontar la vida, porque los facilísimos nos han recogido en su regazo y esta dependencia la hemos normalizado al punto de asumir que lo difícil es el sufrimiento moderno. Me harto de mí, porque no soy capaz de identificarme, porque no puedo calzar y definirme, porque permito que cosas externas a mí rompan con algún estado de orden logrado, porque soy consciente de todo y decido no hacer nada.

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