En un imaginario muy lejano me despedía una y otra vez de lo que nunca fue. Es impresionante como se extraña lo que no pasa y como pasa lo que no se extraña, sin emociones, sin más, se va y ya. Nunca quise, pude, tener nada claro por los bruscos cambios de decisiones constantes, nunca lo pedí tampoco pero en el fondo envidiaba en secreto a quienes sabían qué hacer con su vida y cómo planear el futuro, en el fondo también me parecían patéticos, nunca lo decía, no era necesario. Me resulta aburrido darle vueltas a mi indecisión pero sé que dentro de esa indecisión se encuentra algo fascinante, algo que descuadra, algo que no entienden y menos lo entiendo yo, algo, ese algo que le da sentido a todo una vez más y me hace renacer de cualquier lugar indeseable donde me encuentre.
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