domingo, 26 de julio de 2015

Futuro, creo-

Decidimos vivir así, sentados, parados, echados, nunca estáticos, siempre dubitativos. Nos cuestionamos sobre todo aquello que parece diferente a lo conocido, aparentemente conocido, pero no pensamos, las preguntas aparecen y cuestión de segundos se van, son asumidas como insignificantes. Los ojos parpadean, se cansan, observan, no admiran, solo observan como todo transcurre y uno aquí sentado, parado, echado, respirando, llenándose de recuerdos y, con ellos, la ansiedad de no saber qué pasará mañana. Claro que se sabe, será un día más, como ayer que te juraste mantenerte fiel a lo que deseabas de niño pero no va más, el trabajo tiene presa a tus convicciones, anhelos y solo queda aferrarte a un futuro que probablemente nunca llegue.

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