Futuro, creo-

Decidimos vivir así, sentados, parados, echados, nunca estáticos, siempre dubitativos. Nos cuestionamos sobre todo aquello que parece diferente a lo conocido, aparentemente conocido, pero no pensamos, las preguntas aparecen y cuestión de segundos se van, son asumidas como insignificantes. Los ojos parpadean, se cansan, observan, no admiran, solo observan como todo transcurre y uno aquí sentado, parado, echado, respirando, llenándose de recuerdos y, con ellos, la ansiedad de no saber qué pasará mañana. Claro que se sabe, será un día más, como ayer que te juraste mantenerte fiel a lo que deseabas de niño pero no va más, el trabajo tiene presa a tus convicciones, anhelos y solo queda aferrarte a un futuro que probablemente nunca llegue.

Recuerdo

Pasaba un mes más y esto, esto que sentía, ya no era lo mismo
creo que era de esos sentimientos que se escondían para regresar con fuerza
de esos que hacían sentir calma y desespero

De pronto, sin avisar, sin dejar una advertencia 
el sentimiento cambió, se hizo chiquito, imperceptible
a veces, renacía, se alimentaba de recuerdos volátiles 
pero nunca se quedaba 

La soledad lo traía de vuelta
como aquellos recuerdos que saben a verano y a invierno
y por más que hacen esbozar sonrisas, siguen siendo tristes

Fue un día, un día extraño
aquel sentimiento que era chiquito pero seguía ahí
decidió echarse a dormir
me dijo que nunca quiso molestar
y yo, yo le agradecí por tanto

Así, el sentimiento chiquito, aquel que tanto protegió la memoria
decidió descansar, ya no dolía
los recuerdos lindos se fueron con él
lo acurrucaron, lo mantienen cálido
hasta que decida despertar-





F.

Él era un fabricante de mentiras, él tenía las historias de cartón